Todo vehículo que haya sido modificado exterior e interiormente y cuyas modificaciones afecten directa o indirectamente a la seguridad del vehículo y el respeto al medio ambiente debe pasar una inspección por una empresa certificada para homologar esas modificaciones.
Desde un simple cambio de matrícula por una más estética hasta las modificaciones más agresivas en la carrocería deben contar siempre con un certificado de homologación para evitar multas y resultados negativos en las inspecciones ITV.
Los casos más evidentes son las modificaciones de aerodinámica, donde no deben haber aristas cortantes (por ejemplo alerones), cambio de ruedas por unas de un tamaño superior, o modificar los faros del vehículo con pestañas o similares que no están permitidas.
Es por ello que si hemos modificado el vehículo en cualquier aspecto debemos acudir a un taller especializado en homologación de vehículos para la ITV antes de realizar la inspección.